sábado, 1 de septiembre de 2012

La Santa Inquisición cabalga de nuevo

El presente artículo ha permanecido durante más de un mes en estado "despublicado", como consecuencia de un amable consejo ofrecido oportúnamente a una de las personas que conforman la redacción de Sofía y Ciencia, por motivos de seguridad e integridad física, pues los contenidos que en él se expresan podrían despertar los instintos de una institución violenta por antonomasia, una institución de arrogancia endémica y de exquisito refinamiento en el arte de la tortura física y la degradación emocional, espiritual y mental de profundas raíces ancestrales.

Sin embargo, hemos optado por publicarlo por la sencilla razón de que el estado actual de misería intelectual, moral, racional, económico y biológico de la humanidad se debe a un delito que no se encuentra tipificado en las leyes de ningún país, pero que se comete masivamente contribuyendo al sostenimiento de esta institución blasfema que, por los siglos de los siglos, ha paralizado el devenir y el progreso del ser humano: el delito del silencio y la indiferencia.

Creemos que es tiempo de correr el telón y de que por fin caiga la "bestia", o, al menos, dejar de sostenerla por el miedo y la perenne ofuscación de los mejores pensamientos y sentimientos, por lo que optaremos, a partir de ahora, cometer un delito de la imprudencia temeraria publicando este artículo.

Advertencia: en lo que sigue se expresan reflexiones no aptas para fanáticos.

Inquisición, Cruzados, ku klux klan, Opus Dei, Legionarios de Cristo, cristeros, cofradías de Semana Santa (las SS) y grupos afines, son sólo la punta de un iceberg cuyo centro de gravedad es, actualmente, el cártel del Vaticano. 

No hay peor ciego que el que no quiere ver, y esa es la máxima de la Fe, arrancarse los ojos por amor a un dios que lleva castigando con la hoguera y las torturas más sofisticadas que se puedan concebir a cualquiera que practique otro credo, o sea, los paganos (bárbaros de la Roma antigua), y a cualquiera que les presente oposición, o sea, los herejes y las brujas que vagamos sobre la Tierra encadenados a las artes y las ciencias, porque a los que no vagan porque ya se han muerto, los condena al mismo suplicio, pero a perpetuidad, para toda la eternidad (cuidado y se reencarnan).

Este nido de víboras lleva viviendo del diezmo y de la extorsión durante los casi 17 siglos que tiene de existencia.

El galileo al que atribuyen el protagonismo de esta enorme mentira, jamás se planteó fundar una religión ni nada parecido, ni siquiera imaginó que le iban a colocar toda la mitología egipcia para embaucar a las masas en la mayor oscuridad posible para un ser humano racional e inteligente, un ser humano que se salva deshumanizado, un ser que si se negaba a permanecer bajo el manto protector de la Iglesia, sería tratado con la misma terapia que cualquier víctima de cualquier magnate del crimen organizado, o, más bien, mucho peor, pues el grado de sofisticación en la tortura y el ejercicio del dolor al que ha llegado la iglesia católica no se ha visto superado. 

Y que este capítulo del terror fundamentelista católico, tenga que ocurrir en el contiente donde mayor vigor a tenido el genocidio, me deja sin palabras. Que sean los propios americanos autócnonos los sicarios de la conquista que no cesa, es, absurdo.

De ahí que la fe sea tan útil a la hora de mirar atrás en la memoria histórica, diabólico concepto, pues gracias a la fe no necesitamos ni historia ni la luz de la ciencia, que son cosas de lucifer, porque la única luz verdadera es la de dios (esto lo corrobora cualquier eclesiástico), y claro, el gran capo Ratzinger es el que tiene la patente de la divinidad.

El Santo Oficio cabalga de nuevo. Ya no se tortura a la gente ni se la abrasa viva, pues la limpieza etnica se ejerce más eficazmente de forma económica, hace más daño expropiar la casa a una familia o negarle el crédito al pagano que matarlo en la hoguera después del potro, y además dentro de la ley. 

Ahora no torturan y flambean a la gente como lo han hecho hasta bien entrado el siglo XIX, pero si les dejaran lo harían lo harían con mucho gusto, pues el pecado se redime por el dolor, y más vale cualquier dolor pasajero en la Tierra, que el dolor de no ver a dios por toda la eternidad (a ver qué cura se atreve a negar esto).

Esa es la base filosófica del Santo Oficio de la Inquisición, y doy fe de que a la mayoría de lectores de este blog nos salvarían... muy lentamente. Los que más aman a dios son los que más odio son capaces de albergar en su corazón. Mejor no provocar a cualquera de estos sonrisas flácidas que se agarran las manos encima de la barriga, o conocerán la ira de dios.

Así se ha demostrado este agosto de 2012 en una localidad de Michoacán (México) llamada "La nueva Jerusalem". Ya sólo el nombre es para echarse a temblar.

Después de 12 años de la derecha en el poder en México, los fanáticos religiosos conocidos como "cristeros" por sus violentas inspiraciones divinas del pasado, se sienten tan fuertes como para pasarse por el forro el artículo 24 de la Constitución Mexicana, que que dice que la educación y el estado deben ser laicos por la gracia de dios.

Comenzaban las clases en los colegios mexicanos a mediados de agosto, pero en esta localidad unas monjas exaltadas y sus compinches ideológicos decidían empezar su guerra santa demoliendo las escuelas hasta los cimientos, poniendo fuego al moviliario, a los libros y a los demás enseres, y persiguiendo a los profesores y a cualquiera que osase entrar, para lincharlos como a perros.

Pude ver en las imágenes ofrecidas por los noticieros cómo llevaban a cabo el asalto y acto inquisitorial, y me sobrecogió el arte de las monjas en el golpeo con el puño y con palos. Aunque tampoco era despreciable ver al cura malvado (de malva, el color de los obispos y arzobispos) asegurando obedecer el mandado de dios porque, un allegado había tenido un sueño en el que dios le decía que las escuelas laicas eran del demonio...

¿Y dónde estaba la policía? se preguntarán. Allí estaban observando el vandalismo y las palizas, sin mover un dedo. Y allí siguen, supongo que para actuar en el caso de que los laicos decidan organizarse y defender la ley constitucional. esperando para defender a las monjitas, evidentemente. 

Si la democracia se compra con dólares, desde hace ya varias lejislaturas, pues no es que la Constitución en México parezca tener mucho valor. Más bien parece una obra de valor para algún museo, pero como institución... poco respeto se ve que tiene. ¡Unas monjitas en la cárcel, por dios! pondrían el grito en el cielo en todo pendejistán.

Si Benito Juárez levantara la cabeza... y viera cómo rezan los dirigentes cubanos o venezolanos al dios de los conquistadores, al dios del castigo y la carne a la brasa, así también los dirigentes se abrazan a la curia romana en Brasil, en Argentina, en Perú, en México y casi en cualquier país de los llamados bolivarianos... En el imperio de pendejistan ya no se pone el Sol.

¿Y que dice el gran capo Ratzinger desde su trono imperial? -Son fanáticos, hay que perdonarlos. Nosotros somos muy moderados... Ya me quedo mucho más tranquilo, dios proveerá.


La bestialidad de la Inquisición no ha terminado, y resurge con fuerza. Este artículo pretende llamar la atención de la comunidad internacional y del sentido común, para que no la emprendan ahora con las personas que no les secundan, como han jurado hacer no tardando.

Por favor, ¿es que nunca va a acabar el terror de la Iglesia?